Agradecimiento, un valor fundamental
que hace crecer a la familia
por Francisco J. Carrillo Pérez
Psicólogo Clínico
Desde hace varios años llevamos escuchando con fuerza acerca del tema los valores. De una forma u otra, los valores han sido promovidos como cualidades positivas a las que todos debemos aspirar siempre. Los hemos visto en los medios de comunicación masiva por parte de entidades públicas y privadas como iniciativas de servicio público y hasta han sido parte de plataformas políticas en planes de gobierno. Sin embargo, no muchas personas parecen tener muy claro cómo definirlos. Los valores son esas creencias y convicciones que todos vamos desarrollando a través de la vida y que sirven de guía de comportamiento y conducta.
Usualmente los aprendemos en las etapas tempranas de vida y advienen de figuras significativas como los padres, abuelos, maestros y otras personas. Con el tiempo, el desarrollo de valores positivos se convierten como en unos lentes a través de los cuales evaluamos nuestro entorno y nuestras
experiencias. Son sumamente importantes porque a través de esos valores nos comportamos, actuamos y tomamos decisiones importantes. En la vida de la familia el cultivo de valores es de mucha importancia. La
familia viene a ser la escuela o fuente principal del desarrollo de valores en los niños. Corresponde a los padres y demás familiares promover el florecimiento de los valores positivos en ellos. Entre los valores que la familia debe desarrollar se encuentra el valor del agradecimiento.
Cuando los padres, instruyen a los hijos en este valor, implícitamente promueven en ellos el reconocimiento de la ayuda que pueden recibir de los otros, lo valioso de saber que no pueden ser del todo auto-suficientes, la importancia de que existen otras personas o fuentes que los enriquecen y
que necesitan aprender a descubrir el valor que tienen las otras personas en
lo que hacen por ellos. En su máxima expresión, el valor del agradecimiento a ser enseñado a los niños debe aspirar a ser manifestado como un sentimiento de afecto, aprecio y alta valoración por las acciones que los otros hacen a su favor o cuando se les provee a estos una experiencia
especial. Un aspecto importante del valor del agradecimiento se encuentra en que este agradecimiento, no sólo sea reconocido, sino que también sea expresado. La expresión verbal a través de un “gracias” podría ser tan sólo la manifestación mas básica de este valor. No obstante, podemos enseñar a
nuestros niños ampliar la expresión de este valor a través de afirmaciones afectivas como por ejemplo un abrazo, así como también en acciones especiales de tipo remunerativas como por ejemplo compartir una flor del jardín con mamá o papá, abuelo o abuela después de una acción a su favor,
o simplemente a través de la elaboración de otras respuesta creativas que den cuenta del cultivo este valor.
Cuando los niños aprenden el valor de ser agradecidos desarrollan otros valores como el respeto, la dignidad, la responsabilidad, el civismo, la generosidad, entre otros. A través del valor del agradecimiento los niños logran desarrollarse mejor puesto que tienden a ser más positivos, logran mejores relaciones interpersonales y suelen ser más desprendidos con los demás. Los padres, por tanto, deben reconocer la importancia fundamental de promover el desarrollo de este importante valor de manera intencionada y
dirigida, pues solo así podremos crecer como familias fortaleciendo la generaciones por venir para tener una mejor la sociedad.
Psicólogo Clínico
Desde hace varios años llevamos escuchando con fuerza acerca del tema los valores. De una forma u otra, los valores han sido promovidos como cualidades positivas a las que todos debemos aspirar siempre. Los hemos visto en los medios de comunicación masiva por parte de entidades públicas y privadas como iniciativas de servicio público y hasta han sido parte de plataformas políticas en planes de gobierno. Sin embargo, no muchas personas parecen tener muy claro cómo definirlos. Los valores son esas creencias y convicciones que todos vamos desarrollando a través de la vida y que sirven de guía de comportamiento y conducta.
Usualmente los aprendemos en las etapas tempranas de vida y advienen de figuras significativas como los padres, abuelos, maestros y otras personas. Con el tiempo, el desarrollo de valores positivos se convierten como en unos lentes a través de los cuales evaluamos nuestro entorno y nuestras
experiencias. Son sumamente importantes porque a través de esos valores nos comportamos, actuamos y tomamos decisiones importantes. En la vida de la familia el cultivo de valores es de mucha importancia. La
familia viene a ser la escuela o fuente principal del desarrollo de valores en los niños. Corresponde a los padres y demás familiares promover el florecimiento de los valores positivos en ellos. Entre los valores que la familia debe desarrollar se encuentra el valor del agradecimiento.
Cuando los padres, instruyen a los hijos en este valor, implícitamente promueven en ellos el reconocimiento de la ayuda que pueden recibir de los otros, lo valioso de saber que no pueden ser del todo auto-suficientes, la importancia de que existen otras personas o fuentes que los enriquecen y
que necesitan aprender a descubrir el valor que tienen las otras personas en
lo que hacen por ellos. En su máxima expresión, el valor del agradecimiento a ser enseñado a los niños debe aspirar a ser manifestado como un sentimiento de afecto, aprecio y alta valoración por las acciones que los otros hacen a su favor o cuando se les provee a estos una experiencia
especial. Un aspecto importante del valor del agradecimiento se encuentra en que este agradecimiento, no sólo sea reconocido, sino que también sea expresado. La expresión verbal a través de un “gracias” podría ser tan sólo la manifestación mas básica de este valor. No obstante, podemos enseñar a
nuestros niños ampliar la expresión de este valor a través de afirmaciones afectivas como por ejemplo un abrazo, así como también en acciones especiales de tipo remunerativas como por ejemplo compartir una flor del jardín con mamá o papá, abuelo o abuela después de una acción a su favor,
o simplemente a través de la elaboración de otras respuesta creativas que den cuenta del cultivo este valor.
Cuando los niños aprenden el valor de ser agradecidos desarrollan otros valores como el respeto, la dignidad, la responsabilidad, el civismo, la generosidad, entre otros. A través del valor del agradecimiento los niños logran desarrollarse mejor puesto que tienden a ser más positivos, logran mejores relaciones interpersonales y suelen ser más desprendidos con los demás. Los padres, por tanto, deben reconocer la importancia fundamental de promover el desarrollo de este importante valor de manera intencionada y
dirigida, pues solo así podremos crecer como familias fortaleciendo la generaciones por venir para tener una mejor la sociedad.