
Caminado Entre Lazos y Esperanza
Por: José Efraín Rodríguez Agosto
Una de mis películas favoritas es “Meet Joe Black”. Se trata del 65 cumpleaños de William Parrish (Anthony Hopkins), el cual recibe la visita y compañía de la muerte personificada por Brad Pitt (Joe Black). Joe, la muerte, le concede un plazo diciéndole que no lo llevará al más allá mientras le sirva de guía en su deseo de conocer cómo es el ser humano. Me sorprendió mucho que Joe Black está bajo la influencia de los deseos de vivir como humano porque se siente atraído por Susan, una de las hijas de Parrish. Casi por culminar la trama, Bill llama a Joe para hacerle conocer el verdadero significado del amor y todo lo que abarca, especialmente la honestidad y el sacrificio. Aquí lo mas impactante para mi es, el conflicto existencial que enfrenta la misma Muerte por el deseo de salir de las sombras y tener parte en la vida.
Así de sorpresivo es este tema, la muerte. No hablamos de ella sino hasta que se presenta, pero es muy real y hasta diría que caminamos junto a ella. Nos comportamos como si ella fuera extraña a nuestra realidad, como si es algo que le pasara a otros y distante de nuestro ser. Para mi no es un tema que sólo leo en los periódicos o veo en la TV. No es un incidente limitado a la guerra, a un asesinato o a una enfermedad. Este asunto del más allá tiene muchos rostros. Puede llamarse hambre, depresión, eutanasia, suicidio y no necesariamente a un cuerpo inerte. Algunos de los que vivimos, en alguna ocasión nos hemos sentido muertos por dentro. A mis 6 años de edad, sin una razón aparente y en medio de un ascensor repleto de gente, me aferré a la pierna de mi papá llorando desconsolado y gritándole: "no te mueras por favor, no te puedes ir". No obstante, aunque el deceso de la vida tiene muchas causas, existe una en particular a la cual deseo con todo el corazón dedicar este artículo. Este escrito es para todos esos pacientes de cáncer y sus familias. Es evidente que esta enfermedad está diezmando a nuestra sociedad, soy testigo de que son muchos los hogares que tienen algún familiar, amigo, compañero de trabajo o ha escuchado de alguien que padece de este terrible mal. Este tema me toca muy íntimo, pues he vivido cuatro casos de parientes con Cáncer. Compartiré parte de esta historia personales y su influencia sobre mi.
Mi Abuelo
Mi abuelo Víctor fue una de las personas mas influyentes en mi vida. Me enseñó que Dios es real, me mostró la importancia de la espiritualidad y la riqueza de tener bondad. En mi adolescencia mi abuelo fue diagnosticado con Cáncer Terminal. Fue un proceso largo y extremadamente fuerte, fui testigo de su gradual deterioro. Viví toda su agonía y cuando abuelo apenas podía respirar me armé de valor, me sequé las lágrimas, lo miré a sus ojos cristalinos y luego le dije al oído: "Sé que no te quieres ir, también se que nos amas, pero estaremos bien… Hiciste un buen trabajo… Es tiempo de soltar y dejarse ir. Te amo mi viejo.” Y mi obstinado viejo me hizo caso.
Mi Mamá
Mi madre enseñó a cocinar, planchar, bailar, a coger ruedos, pegar botones y sobre todo a superar la vida aun cuando la misma muerte te hace una visita. Hace algunos años mi mamá también pasó por un proceso fuerte y complicado, fue diagnosticada con Cáncer del Seno. En varios momentos fue recluida por los efectos de las quimioterapias, vi como su piel cambió debido a la radiación, como sus tiernas manos se arrugaron y sentí el impacto de ver como su cabeza quedo sin cabellos. Aunque tuvo días llenos de lágrimas, ella nunca perdió su buen humor ni su espíritu alegre. Mami enfrentó al Cáncer con gran valor y lo superó, hoy está recuperada. Ella venció al diagnóstico mediante el poder del cielo. Nos quedan pendientes unos cuantos bailes más. Te amo Mamá.
Mi Tío
Mi Tío Roberto me dijo una vez: “Se un hombre de apariencia sencilla, pero de carácter evidente. Así podrás enfrentar a los que quieran tomar ventaja de ti”. Una noche nos quedamos en su casa y cuando los adultos dormían, nosotros iniciábamos las peleas de almohadas. En una de esos encuentros, yo rompí una lámpara de techo. Tío Roberto se levantó, nos pidió recoger el desastre y luego nos miró firmemente, eso fue suficiente para que todos conciliáramos el sueño. Hace pocas semanas mi Tío Roberto falleció de Cáncer Pulmonar. Pasé una noche entera en intensivo con él, atendiéndolo y dialogando, poniéndonos al día como dicen por ahí. Tío ya no está entre nosotros, pero guardo en mis memorias lo mucho que disfruté parte de mi niñez junto a él y a mis primos. Hoy les mando un abrazo, consuelo y fortaleza a mi tía y a mi prima. Fue un honor el que me hayan permitido serviles durante su proceso. Y Tío, algún día me encontraré contigo para darte una nueva lámpara, la que te debo.
Mi Esposa
Siempre he dicho y diré que mi esposa una de las grandes revelaciones de Dios a mi vida. Vanessa es una esposa fuera de lo común, su vida esta llena de música y nos contagia con la melodía que fluye de su vida. Ella es la que planifica la diversión y los viajes al son de una salsa. Ella le ha inculcado el amor a la escuela y la alegría de estudiar a mis hijos como si fuera la rutina de baile del 123. Ella nos ha demostrado a todos que la unión familiar es como un buen merengue, hay mucho movimiento en la vida, pero nadie debe perder el paso y todo el truco es seguir unidos. Aún cuando está de viaje o sale muy tarde por motivos de su trabajo, una llamada telefónica antes de acostar a los niños es como una canción de cuna que mese sus cuerpos introduciéndolos a la paz y a la calma del descanso. Ella les ha enseñado a sus hijos que relacionarse con Dios es como un buen bolero, esto es, que se debe estar bien pegadito al creador y llevar el paso con sutileza. Siempre deseamos estar junto a ella, hablar con ella, tener sus atenciones y su reconocimiento. Vanessa nos demostró a todos, que en medio de las circunstancias de mayor incertidumbre en la vida, se tiene que llevar el compás de un tango demostrando carácter y firmeza.
Por qué les narro esta descripción de mi esposa, por que para mi ella es la representación de la vida, así como la hija de Parrish que mencioné al inicio de esté artículo. Un día, luego de unos exámenes médicos, recibimos el diagnóstico, que representaba al no bien recibido señor Joe Black, la muerte. Vane tenía una masa maligna en su intestino. Estando en casa, nos desplomamos en la cama y juntos lloramos desconsolados por 45 minutos, no podíamos créelo. Fue un año desgastador, lo más fuerte fue manejar la información para que mi hijo y mi hija entendieran lo que sucedía y los procesos que estaban por delante. Nunca enfrenté una crisis tan devastadora como esta, pero nuestra mayor satisfacción es que ante todas las dificultades que nos propuso este reto, mi esposa es un milagro y sobreviviente de Cáncer del Colon. Personalmente pienso que nuestro temor no es tanto a nuestro final, sino más bien como nos tocará partir. Cuando recibes un diagnóstico de Cáncer, para ti o para los tuyos, de inmediato piensas en una sentencia de que todo acabó. Le han puesto término a la existencia. Todos los planes se paralizan y la ansiedad del futuro incierto te inunda. Sientes una mezcla entre dolor, impotencia y coraje. Deseas creer desesperadamente que todo saldrá bien. La fe es abatida e inician las preguntas existenciales y los reclamos al Creador. Muchas veces terminamos muy rebeldes por que no hay una sanidad divina o una manifestación milagrosa. En ese momento pensamos que nada más dependemos de los médicos y los tratamientos.
Les cuento esto porqué yo también tuve pensamientos encontrados. En todos los casos que le mencioné, se agotaron todos los recursos en pos de preservar la vida, dos de ellos sobrevivientes y dos decesos. Les soy honesto, después de pasar por todo esto, quedan cosas muy frescas en mi. Tengo momentos de una profunda tristeza invadida por recuerdos. Por un lado el sufrimiento de los pacientes terminales es terrible y la agonía que pasa la familia es grande. No sólo en lo emocional, también en lo financiero.
Hoy abro mi corazón para dar consuelo a todos aquellos que tienen temor en este momento o que han perdido a alguien. Creo firmemente que aquel que me dio el aliento de vida en el inicio, también me acompaña en cada proceso. Él es el mismo que nos viene a recibir si es que ha llegado nuestro final aquí y el que nos acompaña en el retorno a nuestro lugar de origen.
Dios dijo que me conoce desde que fui concebido en el vientre de mi madre, veamos el siguiente verso: «Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo». Jeremías 1:5 (TLA)
Jesús es ese que prometió estar todos los días conmigo hasta el fin, así dice en Mateo 28:20 (NVI) «Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».Y también nos dio la esperanza de caminar de su mano por el valle de las sombras y se comprometió a preparar una morada rodeada de delicados pastos y bordeada por aguas de reposo. El Salmos 23:4 (TLA) Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza (con tu vara de pastor me reconfortas). Este Salmo es comúnmente utilizado para reconfortarnos en tiempos de pérdida o grandes dificultades, pero hoy yo deseo compartirlo desde un punto de vista de formación de carácter. Nuestro temor viene de no creer que hay algo más del otro lado, de aferrarnos a esta materia, de no perder a los que amamos, de las circunstancias inexplicables que nos rodean.
Terminaré citando unos de los diálogos finales de la película con la que inicien este relato. Bill le pregunta a Joe si debe temer al dar el paso final, a lo que Joe le contesta: “Un hombre como tú no tiene nada que temer”. “Un hombre como tu”… se refiere a alguien que vivió y vive su vida con valor, justicia, honestidad, integridad y servicio. Si todos vivimos de esta manera, ¿Qué debemos temer?. Vivamos con propósito, como si cada día fuera el último. Utilice la experiencia para tocar a otros, repartamos esperanza. Reciban un fuerte abrazo en este momento. Mientras recordemos todas esta promesas que nos dan los textos, nuestra vida tendrá propósito y la fe permanecerá viva. Quiero darle las gracias a ustedes por luchar, porque en medio de su debilidad, saben sacar fuerzas para darle esperanza a otros. En 2 Corintios 7:13 dice: “Por tanto, tomamos consolación de vuestra consolación. En otras palabras, ustedes tienen dentro de si el mismo espíritu de Dios, que incluso en medio de su prueba tienen la capacidad para consolar a otros. Las acciones de ustedes, llenas de esperanza, tienen el potencial de fortalecer a otros que han sido diagnosticados. Sus vidas, aun en medio de su prueba, son un baluarte y los convierte en portadores del maravilloso Dios que los creó, repartan vida.
Este escrito es en memoria de todos aquellos pacientes que han partido, pero no puedo dejar de reconocer a cada paciente que lucha cada día y que tienen ganas de vivir. Hoy bendigo a todos los sobrevivientes por su gallardía ante el que fue tal vez uno de los mayores retos de su caminar. Continuemos el recorrido entre lazos y esperanza.
Si desea enviar sus comentarios sobre este artículo, puede hacerlo a: joseefrainpr@gmail.com
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Por: José Efraín Rodríguez Agosto
Una de mis películas favoritas es “Meet Joe Black”. Se trata del 65 cumpleaños de William Parrish (Anthony Hopkins), el cual recibe la visita y compañía de la muerte personificada por Brad Pitt (Joe Black). Joe, la muerte, le concede un plazo diciéndole que no lo llevará al más allá mientras le sirva de guía en su deseo de conocer cómo es el ser humano. Me sorprendió mucho que Joe Black está bajo la influencia de los deseos de vivir como humano porque se siente atraído por Susan, una de las hijas de Parrish. Casi por culminar la trama, Bill llama a Joe para hacerle conocer el verdadero significado del amor y todo lo que abarca, especialmente la honestidad y el sacrificio. Aquí lo mas impactante para mi es, el conflicto existencial que enfrenta la misma Muerte por el deseo de salir de las sombras y tener parte en la vida.
Así de sorpresivo es este tema, la muerte. No hablamos de ella sino hasta que se presenta, pero es muy real y hasta diría que caminamos junto a ella. Nos comportamos como si ella fuera extraña a nuestra realidad, como si es algo que le pasara a otros y distante de nuestro ser. Para mi no es un tema que sólo leo en los periódicos o veo en la TV. No es un incidente limitado a la guerra, a un asesinato o a una enfermedad. Este asunto del más allá tiene muchos rostros. Puede llamarse hambre, depresión, eutanasia, suicidio y no necesariamente a un cuerpo inerte. Algunos de los que vivimos, en alguna ocasión nos hemos sentido muertos por dentro. A mis 6 años de edad, sin una razón aparente y en medio de un ascensor repleto de gente, me aferré a la pierna de mi papá llorando desconsolado y gritándole: "no te mueras por favor, no te puedes ir". No obstante, aunque el deceso de la vida tiene muchas causas, existe una en particular a la cual deseo con todo el corazón dedicar este artículo. Este escrito es para todos esos pacientes de cáncer y sus familias. Es evidente que esta enfermedad está diezmando a nuestra sociedad, soy testigo de que son muchos los hogares que tienen algún familiar, amigo, compañero de trabajo o ha escuchado de alguien que padece de este terrible mal. Este tema me toca muy íntimo, pues he vivido cuatro casos de parientes con Cáncer. Compartiré parte de esta historia personales y su influencia sobre mi.
Mi Abuelo
Mi abuelo Víctor fue una de las personas mas influyentes en mi vida. Me enseñó que Dios es real, me mostró la importancia de la espiritualidad y la riqueza de tener bondad. En mi adolescencia mi abuelo fue diagnosticado con Cáncer Terminal. Fue un proceso largo y extremadamente fuerte, fui testigo de su gradual deterioro. Viví toda su agonía y cuando abuelo apenas podía respirar me armé de valor, me sequé las lágrimas, lo miré a sus ojos cristalinos y luego le dije al oído: "Sé que no te quieres ir, también se que nos amas, pero estaremos bien… Hiciste un buen trabajo… Es tiempo de soltar y dejarse ir. Te amo mi viejo.” Y mi obstinado viejo me hizo caso.
Mi Mamá
Mi madre enseñó a cocinar, planchar, bailar, a coger ruedos, pegar botones y sobre todo a superar la vida aun cuando la misma muerte te hace una visita. Hace algunos años mi mamá también pasó por un proceso fuerte y complicado, fue diagnosticada con Cáncer del Seno. En varios momentos fue recluida por los efectos de las quimioterapias, vi como su piel cambió debido a la radiación, como sus tiernas manos se arrugaron y sentí el impacto de ver como su cabeza quedo sin cabellos. Aunque tuvo días llenos de lágrimas, ella nunca perdió su buen humor ni su espíritu alegre. Mami enfrentó al Cáncer con gran valor y lo superó, hoy está recuperada. Ella venció al diagnóstico mediante el poder del cielo. Nos quedan pendientes unos cuantos bailes más. Te amo Mamá.
Mi Tío
Mi Tío Roberto me dijo una vez: “Se un hombre de apariencia sencilla, pero de carácter evidente. Así podrás enfrentar a los que quieran tomar ventaja de ti”. Una noche nos quedamos en su casa y cuando los adultos dormían, nosotros iniciábamos las peleas de almohadas. En una de esos encuentros, yo rompí una lámpara de techo. Tío Roberto se levantó, nos pidió recoger el desastre y luego nos miró firmemente, eso fue suficiente para que todos conciliáramos el sueño. Hace pocas semanas mi Tío Roberto falleció de Cáncer Pulmonar. Pasé una noche entera en intensivo con él, atendiéndolo y dialogando, poniéndonos al día como dicen por ahí. Tío ya no está entre nosotros, pero guardo en mis memorias lo mucho que disfruté parte de mi niñez junto a él y a mis primos. Hoy les mando un abrazo, consuelo y fortaleza a mi tía y a mi prima. Fue un honor el que me hayan permitido serviles durante su proceso. Y Tío, algún día me encontraré contigo para darte una nueva lámpara, la que te debo.
Mi Esposa
Siempre he dicho y diré que mi esposa una de las grandes revelaciones de Dios a mi vida. Vanessa es una esposa fuera de lo común, su vida esta llena de música y nos contagia con la melodía que fluye de su vida. Ella es la que planifica la diversión y los viajes al son de una salsa. Ella le ha inculcado el amor a la escuela y la alegría de estudiar a mis hijos como si fuera la rutina de baile del 123. Ella nos ha demostrado a todos que la unión familiar es como un buen merengue, hay mucho movimiento en la vida, pero nadie debe perder el paso y todo el truco es seguir unidos. Aún cuando está de viaje o sale muy tarde por motivos de su trabajo, una llamada telefónica antes de acostar a los niños es como una canción de cuna que mese sus cuerpos introduciéndolos a la paz y a la calma del descanso. Ella les ha enseñado a sus hijos que relacionarse con Dios es como un buen bolero, esto es, que se debe estar bien pegadito al creador y llevar el paso con sutileza. Siempre deseamos estar junto a ella, hablar con ella, tener sus atenciones y su reconocimiento. Vanessa nos demostró a todos, que en medio de las circunstancias de mayor incertidumbre en la vida, se tiene que llevar el compás de un tango demostrando carácter y firmeza.
Por qué les narro esta descripción de mi esposa, por que para mi ella es la representación de la vida, así como la hija de Parrish que mencioné al inicio de esté artículo. Un día, luego de unos exámenes médicos, recibimos el diagnóstico, que representaba al no bien recibido señor Joe Black, la muerte. Vane tenía una masa maligna en su intestino. Estando en casa, nos desplomamos en la cama y juntos lloramos desconsolados por 45 minutos, no podíamos créelo. Fue un año desgastador, lo más fuerte fue manejar la información para que mi hijo y mi hija entendieran lo que sucedía y los procesos que estaban por delante. Nunca enfrenté una crisis tan devastadora como esta, pero nuestra mayor satisfacción es que ante todas las dificultades que nos propuso este reto, mi esposa es un milagro y sobreviviente de Cáncer del Colon. Personalmente pienso que nuestro temor no es tanto a nuestro final, sino más bien como nos tocará partir. Cuando recibes un diagnóstico de Cáncer, para ti o para los tuyos, de inmediato piensas en una sentencia de que todo acabó. Le han puesto término a la existencia. Todos los planes se paralizan y la ansiedad del futuro incierto te inunda. Sientes una mezcla entre dolor, impotencia y coraje. Deseas creer desesperadamente que todo saldrá bien. La fe es abatida e inician las preguntas existenciales y los reclamos al Creador. Muchas veces terminamos muy rebeldes por que no hay una sanidad divina o una manifestación milagrosa. En ese momento pensamos que nada más dependemos de los médicos y los tratamientos.
Les cuento esto porqué yo también tuve pensamientos encontrados. En todos los casos que le mencioné, se agotaron todos los recursos en pos de preservar la vida, dos de ellos sobrevivientes y dos decesos. Les soy honesto, después de pasar por todo esto, quedan cosas muy frescas en mi. Tengo momentos de una profunda tristeza invadida por recuerdos. Por un lado el sufrimiento de los pacientes terminales es terrible y la agonía que pasa la familia es grande. No sólo en lo emocional, también en lo financiero.
Hoy abro mi corazón para dar consuelo a todos aquellos que tienen temor en este momento o que han perdido a alguien. Creo firmemente que aquel que me dio el aliento de vida en el inicio, también me acompaña en cada proceso. Él es el mismo que nos viene a recibir si es que ha llegado nuestro final aquí y el que nos acompaña en el retorno a nuestro lugar de origen.
Dios dijo que me conoce desde que fui concebido en el vientre de mi madre, veamos el siguiente verso: «Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo». Jeremías 1:5 (TLA)
Jesús es ese que prometió estar todos los días conmigo hasta el fin, así dice en Mateo 28:20 (NVI) «Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».Y también nos dio la esperanza de caminar de su mano por el valle de las sombras y se comprometió a preparar una morada rodeada de delicados pastos y bordeada por aguas de reposo. El Salmos 23:4 (TLA) Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza (con tu vara de pastor me reconfortas). Este Salmo es comúnmente utilizado para reconfortarnos en tiempos de pérdida o grandes dificultades, pero hoy yo deseo compartirlo desde un punto de vista de formación de carácter. Nuestro temor viene de no creer que hay algo más del otro lado, de aferrarnos a esta materia, de no perder a los que amamos, de las circunstancias inexplicables que nos rodean.
Terminaré citando unos de los diálogos finales de la película con la que inicien este relato. Bill le pregunta a Joe si debe temer al dar el paso final, a lo que Joe le contesta: “Un hombre como tú no tiene nada que temer”. “Un hombre como tu”… se refiere a alguien que vivió y vive su vida con valor, justicia, honestidad, integridad y servicio. Si todos vivimos de esta manera, ¿Qué debemos temer?. Vivamos con propósito, como si cada día fuera el último. Utilice la experiencia para tocar a otros, repartamos esperanza. Reciban un fuerte abrazo en este momento. Mientras recordemos todas esta promesas que nos dan los textos, nuestra vida tendrá propósito y la fe permanecerá viva. Quiero darle las gracias a ustedes por luchar, porque en medio de su debilidad, saben sacar fuerzas para darle esperanza a otros. En 2 Corintios 7:13 dice: “Por tanto, tomamos consolación de vuestra consolación. En otras palabras, ustedes tienen dentro de si el mismo espíritu de Dios, que incluso en medio de su prueba tienen la capacidad para consolar a otros. Las acciones de ustedes, llenas de esperanza, tienen el potencial de fortalecer a otros que han sido diagnosticados. Sus vidas, aun en medio de su prueba, son un baluarte y los convierte en portadores del maravilloso Dios que los creó, repartan vida.
Este escrito es en memoria de todos aquellos pacientes que han partido, pero no puedo dejar de reconocer a cada paciente que lucha cada día y que tienen ganas de vivir. Hoy bendigo a todos los sobrevivientes por su gallardía ante el que fue tal vez uno de los mayores retos de su caminar. Continuemos el recorrido entre lazos y esperanza.
Si desea enviar sus comentarios sobre este artículo, puede hacerlo a: joseefrainpr@gmail.com
El material educativo y los recursos son desarrollados por el equipo de Encuentro de Familia y su afiliada Visión Encuentro.
No se autoriza la reproducción para la venta de estos recursos.
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