Las familias insólitas DAN GRACIAS
por Damaris Pérez
Salmo 103:2
Que todo lo que soy alabe al Señor;
que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí.
Atravesamos una temporada de muchos retos para las familias puertorriqueñas, donde resulta vital entender que las adversidades son temporeras y que aun en medio de estas, nuestra vida debe mostrar gratitud.
Habacuc 3:17-18
Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en la vides,
aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacios y no den fruto,
aunque los rebaños mueran en los campos y los establos esten vacios,
¡aun asi me alegrare en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!
Gratitud es reconocer y actuar aprendiendo a valorar lo que es realmente importante en la vida. Es un sentimiento manifestado a otra persona que ha hecho algun beneficio a nuestro favor. La redención fue el más alto beneficio que nos fue entregado. Un sacrificio hecho por amor, a precio de sangre para que tuviesemos vida eterna (Juan 3:16). Junto al perdón de pecados la salvación incluye un paquete de beneficios que nos conduce a vivir plenamente para que de esta forma seamos un testimonio vivo a otros. Si comprendemos la importancia de vivir en una actitud continua de agradecimiento, haremos la diferencia en cada lugar que estemos y cambiará el modo de pensar y actuar de aquellos que nos rodean.
El agradecimiento puede expresarse de diversas formas: verbal, escrita, entregando algun detalle o con acciones. Podemos expresar nuestra gratitud a Dios con palabras, a traves de cánticos o expresiones corporales, pero lo que realmente él espera de cada uno de nosotros es que nuestra forma de vivir muestre gratitud continua (Salmo 34:1-2).
Como padres necesitamos levantar generaciones que aprendan a reconocer los beneficios de Dios para con ellos y demuestren a otros las verdades del Reino (Deuteronomio 6:4-9). A nuestro alrededor existen personas que necesitan conocer las buenas nuevas para ser libres en su forma de pensar y actuar.
Hechos 26:18
Te mando a ellos para que les abras los ojos y no caminen más en obscuridad, sino en la luz;
para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios;
y para que crean en mí y reciban así el perdón de los pecados
y la herencia que corresponde a los que Dios ha consagrado para sí.
Estamos llamados a caminar cada día agradecidos de Dios por cada beneficio o favor que su salvación por gracia nos otorga. El regalo de la salvación nos garantiza vida eterna, que el Espíritu Santo mora en nosotros para enseñarnos, corregirnos y guiarnos, pues somos embajadores y mensajeros de Dios en la Tierra (Juan 14:26). La salvación, además de perdón, nos da acceso a sanidad integral, provisión, justicia y victoria. Es por esto que nuestro caminar debe provocar que otros anhelen esos beneficios y reconozcan que necesitan a Dios en sus vidas y hogares.
Hagamos memoria de todos sus beneficios. De que en medio de la tempestad fuimos guardados y que él no ha dejado de estar presente en el proceso de recuperación que enfrentamos. Así como hemos visto a la naturaleza restaurarse, a los árboles reverdecer, de igual forma debemos tomar nuestra posición y mostrar a otros en quién hemos confiado, quién fue y es nuestro guardador, de quién proviene nuestro sustento (Salmo 46:1).
La luz que habita en cada uno de nosotros debe ser vista en esta temporada como nunca antes. Aquello que llaman resilencia, no es otra cosa que, el impulso de Dios en nuestro interior para levantar sus propósitos a través de nuestras vidas y así llegar al cumplimiento de la encomienda que le fue entregada al hombre desde su origen (Génesis 1:28).
¡Segura está nuestra victoria en Dios! Vivamos agradecidos y tengamos presente que nuestras palabras son importantes para cambiar entornos, pero que nuestras acciones deben sumarse para servir de abono a la semilla (palabra) que fue soltada sobre esta Nación. Nos corresponde abonar para que dicha semilla germine, crezca y de mucho fruto (Juan 15:16).
Levantemonos como familias valientes y agradecidas en todo tiempo, porque nuestra confianza está en lo que Dios habló sobre nuestras vidas, familias y esta Isla (Lucas 21:33). Porque él no miente, ni se arrepiente y sus pensamientos son más altos que los nuestros, para el bienestar de cada uno de nosotros (Números 23:19, Isaías 55:8, Jeremías 29:11). El gozo de Dios es nuestra fuerza y sobre ese gozo caminamos en actitud de gratitud; siendo colaboradores del Reino de los Cielos, para que Puerto Rico cumpla con cada propósito trazado dentro del plan Eterno de Dios.
Romanos 15:13
Le pido a Dios,
fuente de esperanza,
que los llene completamente
de alegría y paz,
porque confían en él.
Entonces rebosarán de una esperanza segura
mediante el poder del Espíritu Santo.
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Que todo lo que soy alabe al Señor;
que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí.
Atravesamos una temporada de muchos retos para las familias puertorriqueñas, donde resulta vital entender que las adversidades son temporeras y que aun en medio de estas, nuestra vida debe mostrar gratitud.
Habacuc 3:17-18
Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en la vides,
aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacios y no den fruto,
aunque los rebaños mueran en los campos y los establos esten vacios,
¡aun asi me alegrare en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!
Gratitud es reconocer y actuar aprendiendo a valorar lo que es realmente importante en la vida. Es un sentimiento manifestado a otra persona que ha hecho algun beneficio a nuestro favor. La redención fue el más alto beneficio que nos fue entregado. Un sacrificio hecho por amor, a precio de sangre para que tuviesemos vida eterna (Juan 3:16). Junto al perdón de pecados la salvación incluye un paquete de beneficios que nos conduce a vivir plenamente para que de esta forma seamos un testimonio vivo a otros. Si comprendemos la importancia de vivir en una actitud continua de agradecimiento, haremos la diferencia en cada lugar que estemos y cambiará el modo de pensar y actuar de aquellos que nos rodean.
El agradecimiento puede expresarse de diversas formas: verbal, escrita, entregando algun detalle o con acciones. Podemos expresar nuestra gratitud a Dios con palabras, a traves de cánticos o expresiones corporales, pero lo que realmente él espera de cada uno de nosotros es que nuestra forma de vivir muestre gratitud continua (Salmo 34:1-2).
Como padres necesitamos levantar generaciones que aprendan a reconocer los beneficios de Dios para con ellos y demuestren a otros las verdades del Reino (Deuteronomio 6:4-9). A nuestro alrededor existen personas que necesitan conocer las buenas nuevas para ser libres en su forma de pensar y actuar.
Hechos 26:18
Te mando a ellos para que les abras los ojos y no caminen más en obscuridad, sino en la luz;
para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios;
y para que crean en mí y reciban así el perdón de los pecados
y la herencia que corresponde a los que Dios ha consagrado para sí.
Estamos llamados a caminar cada día agradecidos de Dios por cada beneficio o favor que su salvación por gracia nos otorga. El regalo de la salvación nos garantiza vida eterna, que el Espíritu Santo mora en nosotros para enseñarnos, corregirnos y guiarnos, pues somos embajadores y mensajeros de Dios en la Tierra (Juan 14:26). La salvación, además de perdón, nos da acceso a sanidad integral, provisión, justicia y victoria. Es por esto que nuestro caminar debe provocar que otros anhelen esos beneficios y reconozcan que necesitan a Dios en sus vidas y hogares.
Hagamos memoria de todos sus beneficios. De que en medio de la tempestad fuimos guardados y que él no ha dejado de estar presente en el proceso de recuperación que enfrentamos. Así como hemos visto a la naturaleza restaurarse, a los árboles reverdecer, de igual forma debemos tomar nuestra posición y mostrar a otros en quién hemos confiado, quién fue y es nuestro guardador, de quién proviene nuestro sustento (Salmo 46:1).
La luz que habita en cada uno de nosotros debe ser vista en esta temporada como nunca antes. Aquello que llaman resilencia, no es otra cosa que, el impulso de Dios en nuestro interior para levantar sus propósitos a través de nuestras vidas y así llegar al cumplimiento de la encomienda que le fue entregada al hombre desde su origen (Génesis 1:28).
¡Segura está nuestra victoria en Dios! Vivamos agradecidos y tengamos presente que nuestras palabras son importantes para cambiar entornos, pero que nuestras acciones deben sumarse para servir de abono a la semilla (palabra) que fue soltada sobre esta Nación. Nos corresponde abonar para que dicha semilla germine, crezca y de mucho fruto (Juan 15:16).
Levantemonos como familias valientes y agradecidas en todo tiempo, porque nuestra confianza está en lo que Dios habló sobre nuestras vidas, familias y esta Isla (Lucas 21:33). Porque él no miente, ni se arrepiente y sus pensamientos son más altos que los nuestros, para el bienestar de cada uno de nosotros (Números 23:19, Isaías 55:8, Jeremías 29:11). El gozo de Dios es nuestra fuerza y sobre ese gozo caminamos en actitud de gratitud; siendo colaboradores del Reino de los Cielos, para que Puerto Rico cumpla con cada propósito trazado dentro del plan Eterno de Dios.
Romanos 15:13
Le pido a Dios,
fuente de esperanza,
que los llene completamente
de alegría y paz,
porque confían en él.
Entonces rebosarán de una esperanza segura
mediante el poder del Espíritu Santo.
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