Las familias insólitas, son valientes
Por: Damaris Pérez López
Las familias insólitas, son valientes
Por: Damaris Pérez López
El valor es un mandato de Dios, esta generación requiere modelos de valentía en una sociedad que busca silenciar las voces del cristianismo. Ante una sociedad cada vez más distanciada de los principios y valores necesarios para vivir a plenamente, como individuos y familias debemos preguntarnos que demanda Dios de nosotros. Muchos hoy no distinguen entre lo que es o no correcto, viven como la mayoría. Una mayoría arrastrada por corrientes, tendencias y agendas ya ni tan ocultas. Existe mucho ruido que ensordece las vidas, pero esas mismas vidas están necesitadas de conocer cada una de las verdades que traen consigo libertad. Aunque seamos considerados algo fuera de lo común, gente extraña, rara o inusual, debemos procurar vivir como familias valientes ante Dios, mostrando así las buenas nuevas a otros.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, al Reino de los Cielos se le hace fuerza, y solo los valientes lo arrebatan (Mateo 11:12 - JBS 2000). Somos valientes cuando determinamos enfrentar situaciones difíciles o de peligro con valor. Debe ser nuestra prioridad y propósito familiar levantarnos como valientes y vivir con audacia, aquí y ahora, la vida del modo como Dios planificó. Que los diseños que han sido desvirtuados por generaciones puedan ser entendidos y sobre todo que puedan ser experimentados hoy. Necesitamos una generación cuyo modo de pensar haya sido transformado para conquistar. Que manifieste valentía en su forma de pensar, hablar y actuar, con su ejemplo de vida. Una generación que tenga clara su identidad y haya determinado rendir su carácter, sus habilidades, su capacitación ocupacional y/o profesional como herramientas de servicio a Dios y de esta forma provocar una constante influencia en las generaciones venideras. Dios le hizo saber a Josué que no lo dejaría solo, pero le requirió que se esforzara y fuese valiente (Josué 1 - RVR 1960).
La crianza es uno de los desafíos más grandes en la vida y para cumplir la función de padres resulta necesario ser esforzados y valientes. La palabra hebrea para valentía es hazaq, la cual se traduce literalmente como “mostrarse fuerte”. La valentía demanda tener un corazón presto, alerta y un espíritu dispuesto a enfrentar cualquier situación difícil o de riesgo.
El salmo 127:3-5 (RVR 1995) llama a los padres, VALIENTES…
3 Herencia de Jehová son los hijos;
cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en manos del valiente,
así son los hijos tenidos en la juventud.
5 ¡Bienaventurado el hombre
que llenó su aljaba de ellos!
No será avergonzado
cuando hable en la puerta con los enemigos.
La crianza exige de los padres invertir tiempo en la formación de sus hijos y requiere de mucha valentía y dependencia de Dios para hacerlo con sabiduría y obtener buenos frutos. Resulta maravilloso estudiar el paralelismo entre nuestro deber de formación en la vida de nuestros hijos y la manera en que se elaboran las flechas de madera. La pieza de madera (vástago- Tallo nuevo que brota de un árbol o de una planta. Individuo (persona, animal) joven que desciende de otro.) originalmente no tiene la forma para ser una flecha, por lo que se procede a cortar y lijarla hasta hacerla lo más recta posible. Las plumas o plástico que se le adhieren deben ser ubicadas en el lugar preciso para darle estabilidad a las flechas al momento de ser lanzadas. Es importante la calidad de la flecha para que esta llegue al destino determinado. Al extremo de la flecha, que está diseñado para alcanzar el objetivo, se le llama la punta de flecha. El arco influye haciendo posible que la flecha gane velocidad y recorra mayor distancia, pero por si mismo no la llevará a su objetivo, sino que es necesaria una interdependencia con la experiencia del arquero.
Nuestros hijos necesitan estabilidad integral en sus vidas. Esto se logra si invertimos tiempo en su formación, entregándole ejemplos de vida, principios y valores que los transformen en agentes de cambio. Sembrando en ellos la palabra de Dios para que sea una herramienta viva en sus vidas.
Nuestros hijos necesitan de nosotros como padres
Mas que proveerles cosas materiales, nuestros hijos necesitan saber que los amamos y que oramos por ellos. Necesitan que le manifestemos ese amor, que le demos abrazos y besos. Deben sentir seguridad de que estamos para darles dirección y ánimo cuando lo necesitan.
Cargarlos en la aljaba
Cargarlos en la aljaba es amarlos y brindarles seguridad, sustento, una base de vida. Solo así tendremos una generación que crezca y sea formada de forma estable o sana, conociendo su identidad y capaces de alcanzar su propósito en Dios para su bienestar y legado de sus generaciones.
Flechas soltadas y lanzadas hacia su destino en Dios
El deber de los padres es formar esas flechas y direccionarlas en su propósito, hasta lanzarlas para que vivan de forma independiente cumpliendo plenamente el mismo. Nuestras flechas deben ser apuntadas, soltadas y lanzadas para ser una voz en el desierto, ser un llamado de atención dentro de esta sociedad, que no ignoren las injusticias y necesidades del prójimo, que sepan transmitir a través de sus vidas esperanza y bienestar.
Lamentablemente, no siempre esos padres están claros de su rol y hay generaciones siendo soltadas y lanzadas de forma negligente. Debemos orar por las flechas de esta generación para que el potencial que está en ellas sea alcanzado, pues fueron creadas y diseñada por Dios y no hay duda de que cargan propósito.
Vivimos en unos tiempos en que la desintegración familiar es sin precedentes. La raíz de este problema es la falta de padres que estén comprometidos por completo con la vida de su familia. El resultado son los males sociales y emocionales que emergen del rechazo, que incluye la depresión, el temor, problemas de identidad sexual, las adicciones, la ira y la violencia. Ante esta realidad Dios tiene el poder de restaurar aquellas vidas que no fueron lanzadas responsablemente y cuyos arcos (padres) no fueron capaces, en su momento, de llevar esa flecha a su objetivo. Aun a esos padres Dios desea transformarlos y lanzarlos para que se cumpla su plan perfecto en sus vidas. El desea dotar de cada uno de su sabiduría para que puedan lanzar sus propias flechas (hijos) en la dirección correcta.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos. Efesios 6:12 (JBS 2000)
Como familias valientes debemos conquistar en medio de cada esfera de la sociedad. Hemos cedido terreno por falta de acción, por falta de conocimiento, por no entender quiénes somos en Dios y no rescatar sus diseños de vida. La sociedad ha tomado la decisión de ignorar la santidad de la vida, el valor que tiene cada ser humano desde que ese es concebido (Salmo 139:16 - NVI). Tenemos el deber de ser una voz que proteja los niños por nacer y que haga memoria de aquellos que no se les dio la posibilidad de hacerlo, ignorar, olvidar o callar no cambia esa realidad, más bien nos hace cómplices. Hagamos ver la verdad del Reino de Dios de que toda vida es sagrada. De igual modo se necesitan matrimonios que modelen el diseño de Dios, una relación de fidelidad entre un hombre y una mujer, hasta que la muerte los separe (Hebreos 13:4 - NVI).
Seamos valientes para asumir los retos que Dios nos asigne, tengamos la pasión y el ánimo de continuar siendo guerreros del Reino y formemos flechas que puedan ser lanzadas como legado o expansión de propósitos hacia las generaciones. Es apremiante levantarnos como familias valientes y decidas, familias de resolución. De nuestras casas saldrán los expertos en el campo de la ley, la medicina, la economía, la educación, los negocios y la agricultura. Se necesitan padres que a pesar de enfrentar obstáculos, asuman su rol de formación en la familia. Entendamos que somos lumbreras para un mundo en tinieblas y que esa luz debe ser vista en cada área de la sociedad. Necesitamos flechas sirviendo en los gobiernos, en los comités o juntas escolares y de organizaciones profesionales nacionales e internacionales, entre otros. Valientes modernos (soldados de guerra) en cada esfera, peleando y ganando batallas diferentes, venciendo gigantes.
Dios nos está llamando para que tomemos nuestro lugar, siendo lo que Él quiso que fuésemos y de esta forma se cumplirá su propósito a través de nosotros. Podemos tomar la decisión de no aprender de los errores de los que nos precedieron o marcar un camino nuevo, marcando con diseños de verdad a nuestros hijos y a las generaciones que de ellos saldrán. Es un tiempo de tomar decisiones importantes, de romper con nuestras estructuras mentales (sociales, culturales, religiosas…), pues solo han perpetuado el secuestro de los diseños de Dios para vida. Estructuras llenas de mentiras, que llevan a muerte, construidas por huestes de maldad para abortar propósitos y que se arraigan y continúan avanzando por generaciones. El mundo y la iglesia necesitan una reconstrucción extrema, pero no es suficiente con reconocerlo. Hay un llamado de urgencia, se necesitan reformadores para este tiempo, valientes que establezcan los diseños que fueron secuestrados, corrompidos y que la gloria de Dios sea vista como nunca en medio de la Tierra.
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere. 2 Samuel 10:12 (JBS 2000)
Podemos estudiar junto a nuestros hijos la historia de estos algunos valientes en las escrituras o personas a través de la historia y traducir su ejemplo de vida a la nuestra como familias e individuos, con el fin de emular lo que ellos alcanzaron. De igual forma si en sus antepasados hay ejemplos de esfuerzo y valentía, legados de fe, estos deben ser contados generación a generación y de esta forma sembrar la verdad y diseños del Reino de Dios en la vida de nuestros niños y jóvenes.
ALGUNOS VALIENTES Y SUS LEGADOS DE VIDA
NEHEMIAS
Ganó el respaldo del Rey para reconstruir los muros de la tierra de sus antepasados.
ESTHER
Logró que el Rey revocara un decreto de muerte contra su gente.
NOE
No le afecto la burla, ni el desprecio, conocía muy bien lo que Dios le demandaba y obedeció. Su obediencia puso a su familia a salvo y preservo vida.
DAVID
Su confianza en Dios produjo el valor para enfrentar gigantes.
BERNABE
Estuvo dispuesto a arriesgar su reputación por confiar en la conversión de Pablo, ya que pudo ver su potencial en Dios.
GEDEÓN
Confió y fue sensible a la señal de Dios y se puso en la brecha por su pueblo en contra de un enemigo feroz.
DEBORAH
Condujo a Israel como un profeta y un juez, la gente vino a ella para resolver sus problemas porque dependía de Dios para su comprensión. Los israelitas sacaron fuerza de ella y ganaron la batalla.
CALEB
A diferencia de los otros espías que Moisés envió a Canaán, sin que viera su edad como obstáculo. Insistió en que con la ayuda de Dios, podían conquistar la Tierra Prometida. Comprendió que Dios trabaja multi generacionalmente para dejar legado.
Por: Damaris Pérez López
El valor es un mandato de Dios, esta generación requiere modelos de valentía en una sociedad que busca silenciar las voces del cristianismo. Ante una sociedad cada vez más distanciada de los principios y valores necesarios para vivir a plenamente, como individuos y familias debemos preguntarnos que demanda Dios de nosotros. Muchos hoy no distinguen entre lo que es o no correcto, viven como la mayoría. Una mayoría arrastrada por corrientes, tendencias y agendas ya ni tan ocultas. Existe mucho ruido que ensordece las vidas, pero esas mismas vidas están necesitadas de conocer cada una de las verdades que traen consigo libertad. Aunque seamos considerados algo fuera de lo común, gente extraña, rara o inusual, debemos procurar vivir como familias valientes ante Dios, mostrando así las buenas nuevas a otros.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, al Reino de los Cielos se le hace fuerza, y solo los valientes lo arrebatan (Mateo 11:12 - JBS 2000). Somos valientes cuando determinamos enfrentar situaciones difíciles o de peligro con valor. Debe ser nuestra prioridad y propósito familiar levantarnos como valientes y vivir con audacia, aquí y ahora, la vida del modo como Dios planificó. Que los diseños que han sido desvirtuados por generaciones puedan ser entendidos y sobre todo que puedan ser experimentados hoy. Necesitamos una generación cuyo modo de pensar haya sido transformado para conquistar. Que manifieste valentía en su forma de pensar, hablar y actuar, con su ejemplo de vida. Una generación que tenga clara su identidad y haya determinado rendir su carácter, sus habilidades, su capacitación ocupacional y/o profesional como herramientas de servicio a Dios y de esta forma provocar una constante influencia en las generaciones venideras. Dios le hizo saber a Josué que no lo dejaría solo, pero le requirió que se esforzara y fuese valiente (Josué 1 - RVR 1960).
La crianza es uno de los desafíos más grandes en la vida y para cumplir la función de padres resulta necesario ser esforzados y valientes. La palabra hebrea para valentía es hazaq, la cual se traduce literalmente como “mostrarse fuerte”. La valentía demanda tener un corazón presto, alerta y un espíritu dispuesto a enfrentar cualquier situación difícil o de riesgo.
El salmo 127:3-5 (RVR 1995) llama a los padres, VALIENTES…
3 Herencia de Jehová son los hijos;
cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en manos del valiente,
así son los hijos tenidos en la juventud.
5 ¡Bienaventurado el hombre
que llenó su aljaba de ellos!
No será avergonzado
cuando hable en la puerta con los enemigos.
La crianza exige de los padres invertir tiempo en la formación de sus hijos y requiere de mucha valentía y dependencia de Dios para hacerlo con sabiduría y obtener buenos frutos. Resulta maravilloso estudiar el paralelismo entre nuestro deber de formación en la vida de nuestros hijos y la manera en que se elaboran las flechas de madera. La pieza de madera (vástago- Tallo nuevo que brota de un árbol o de una planta. Individuo (persona, animal) joven que desciende de otro.) originalmente no tiene la forma para ser una flecha, por lo que se procede a cortar y lijarla hasta hacerla lo más recta posible. Las plumas o plástico que se le adhieren deben ser ubicadas en el lugar preciso para darle estabilidad a las flechas al momento de ser lanzadas. Es importante la calidad de la flecha para que esta llegue al destino determinado. Al extremo de la flecha, que está diseñado para alcanzar el objetivo, se le llama la punta de flecha. El arco influye haciendo posible que la flecha gane velocidad y recorra mayor distancia, pero por si mismo no la llevará a su objetivo, sino que es necesaria una interdependencia con la experiencia del arquero.
Nuestros hijos necesitan estabilidad integral en sus vidas. Esto se logra si invertimos tiempo en su formación, entregándole ejemplos de vida, principios y valores que los transformen en agentes de cambio. Sembrando en ellos la palabra de Dios para que sea una herramienta viva en sus vidas.
Nuestros hijos necesitan de nosotros como padres
Mas que proveerles cosas materiales, nuestros hijos necesitan saber que los amamos y que oramos por ellos. Necesitan que le manifestemos ese amor, que le demos abrazos y besos. Deben sentir seguridad de que estamos para darles dirección y ánimo cuando lo necesitan.
Cargarlos en la aljaba
Cargarlos en la aljaba es amarlos y brindarles seguridad, sustento, una base de vida. Solo así tendremos una generación que crezca y sea formada de forma estable o sana, conociendo su identidad y capaces de alcanzar su propósito en Dios para su bienestar y legado de sus generaciones.
Flechas soltadas y lanzadas hacia su destino en Dios
El deber de los padres es formar esas flechas y direccionarlas en su propósito, hasta lanzarlas para que vivan de forma independiente cumpliendo plenamente el mismo. Nuestras flechas deben ser apuntadas, soltadas y lanzadas para ser una voz en el desierto, ser un llamado de atención dentro de esta sociedad, que no ignoren las injusticias y necesidades del prójimo, que sepan transmitir a través de sus vidas esperanza y bienestar.
Lamentablemente, no siempre esos padres están claros de su rol y hay generaciones siendo soltadas y lanzadas de forma negligente. Debemos orar por las flechas de esta generación para que el potencial que está en ellas sea alcanzado, pues fueron creadas y diseñada por Dios y no hay duda de que cargan propósito.
Vivimos en unos tiempos en que la desintegración familiar es sin precedentes. La raíz de este problema es la falta de padres que estén comprometidos por completo con la vida de su familia. El resultado son los males sociales y emocionales que emergen del rechazo, que incluye la depresión, el temor, problemas de identidad sexual, las adicciones, la ira y la violencia. Ante esta realidad Dios tiene el poder de restaurar aquellas vidas que no fueron lanzadas responsablemente y cuyos arcos (padres) no fueron capaces, en su momento, de llevar esa flecha a su objetivo. Aun a esos padres Dios desea transformarlos y lanzarlos para que se cumpla su plan perfecto en sus vidas. El desea dotar de cada uno de su sabiduría para que puedan lanzar sus propias flechas (hijos) en la dirección correcta.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos. Efesios 6:12 (JBS 2000)
Como familias valientes debemos conquistar en medio de cada esfera de la sociedad. Hemos cedido terreno por falta de acción, por falta de conocimiento, por no entender quiénes somos en Dios y no rescatar sus diseños de vida. La sociedad ha tomado la decisión de ignorar la santidad de la vida, el valor que tiene cada ser humano desde que ese es concebido (Salmo 139:16 - NVI). Tenemos el deber de ser una voz que proteja los niños por nacer y que haga memoria de aquellos que no se les dio la posibilidad de hacerlo, ignorar, olvidar o callar no cambia esa realidad, más bien nos hace cómplices. Hagamos ver la verdad del Reino de Dios de que toda vida es sagrada. De igual modo se necesitan matrimonios que modelen el diseño de Dios, una relación de fidelidad entre un hombre y una mujer, hasta que la muerte los separe (Hebreos 13:4 - NVI).
Seamos valientes para asumir los retos que Dios nos asigne, tengamos la pasión y el ánimo de continuar siendo guerreros del Reino y formemos flechas que puedan ser lanzadas como legado o expansión de propósitos hacia las generaciones. Es apremiante levantarnos como familias valientes y decidas, familias de resolución. De nuestras casas saldrán los expertos en el campo de la ley, la medicina, la economía, la educación, los negocios y la agricultura. Se necesitan padres que a pesar de enfrentar obstáculos, asuman su rol de formación en la familia. Entendamos que somos lumbreras para un mundo en tinieblas y que esa luz debe ser vista en cada área de la sociedad. Necesitamos flechas sirviendo en los gobiernos, en los comités o juntas escolares y de organizaciones profesionales nacionales e internacionales, entre otros. Valientes modernos (soldados de guerra) en cada esfera, peleando y ganando batallas diferentes, venciendo gigantes.
Dios nos está llamando para que tomemos nuestro lugar, siendo lo que Él quiso que fuésemos y de esta forma se cumplirá su propósito a través de nosotros. Podemos tomar la decisión de no aprender de los errores de los que nos precedieron o marcar un camino nuevo, marcando con diseños de verdad a nuestros hijos y a las generaciones que de ellos saldrán. Es un tiempo de tomar decisiones importantes, de romper con nuestras estructuras mentales (sociales, culturales, religiosas…), pues solo han perpetuado el secuestro de los diseños de Dios para vida. Estructuras llenas de mentiras, que llevan a muerte, construidas por huestes de maldad para abortar propósitos y que se arraigan y continúan avanzando por generaciones. El mundo y la iglesia necesitan una reconstrucción extrema, pero no es suficiente con reconocerlo. Hay un llamado de urgencia, se necesitan reformadores para este tiempo, valientes que establezcan los diseños que fueron secuestrados, corrompidos y que la gloria de Dios sea vista como nunca en medio de la Tierra.
Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere. 2 Samuel 10:12 (JBS 2000)
Podemos estudiar junto a nuestros hijos la historia de estos algunos valientes en las escrituras o personas a través de la historia y traducir su ejemplo de vida a la nuestra como familias e individuos, con el fin de emular lo que ellos alcanzaron. De igual forma si en sus antepasados hay ejemplos de esfuerzo y valentía, legados de fe, estos deben ser contados generación a generación y de esta forma sembrar la verdad y diseños del Reino de Dios en la vida de nuestros niños y jóvenes.
ALGUNOS VALIENTES Y SUS LEGADOS DE VIDA
NEHEMIAS
Ganó el respaldo del Rey para reconstruir los muros de la tierra de sus antepasados.
ESTHER
Logró que el Rey revocara un decreto de muerte contra su gente.
NOE
No le afecto la burla, ni el desprecio, conocía muy bien lo que Dios le demandaba y obedeció. Su obediencia puso a su familia a salvo y preservo vida.
DAVID
Su confianza en Dios produjo el valor para enfrentar gigantes.
BERNABE
Estuvo dispuesto a arriesgar su reputación por confiar en la conversión de Pablo, ya que pudo ver su potencial en Dios.
GEDEÓN
Confió y fue sensible a la señal de Dios y se puso en la brecha por su pueblo en contra de un enemigo feroz.
DEBORAH
Condujo a Israel como un profeta y un juez, la gente vino a ella para resolver sus problemas porque dependía de Dios para su comprensión. Los israelitas sacaron fuerza de ella y ganaron la batalla.
CALEB
A diferencia de los otros espías que Moisés envió a Canaán, sin que viera su edad como obstáculo. Insistió en que con la ayuda de Dios, podían conquistar la Tierra Prometida. Comprendió que Dios trabaja multi generacionalmente para dejar legado.