Mi Familia, mi Responsabilidad
por Yanira E. santana
Todos los años en Encuentro de Familia escogemos un tema de enfoque para crecer. Este año hemos escogido un tema poco popular, uno que realmente parece no sonar bien. No apela a emociones, ni a beneficios que recibirás, ni a cielos abiertos, ni puertas que se abren. Es de esas cosas que sabemos que es verdad pero nos ponen incomodos. Son de las cosas que posponemos. Pero como dice Félix J. Aquino “…Es necesario” así que enfrentaremos este tema juntos.
La responsabilidad se define como “la conciencia acerca de las consecuencias que tiene lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, sobre nosotros o los demás”. Es una cualidad, las personas que la exhiben las reconocemos como responsables y son aquellas que “ ponen cuidado y atención en lo que hacen o dicen. Esta está obligada a responder por algo o alguien”. Las personas responsables en todos sus asuntos, responden por lo que hacen y por lo que no hacen. Toman conciencia y control sobre sus pensamientos, sus emociones y su conducta. Muestran interés y atención por las mismas. No viven desconectados de la realidad y no acostumbran a dar excusas. La Biblia curiosamente habla de esto mucho más de lo que pensamos y más de lo que oímos.
Cuando Dios creo al ser humano le dio responsabilidades, ¿por qué?. Bueno una razón es que la responsabilidad va ligada al propósito. Cada uno de nosotros carga el propósito de Dios pero cada cual es libre de declinar a el. Ósea que Dios simultáneamente al propósito nos dio libertad para decidir. Cada día decidimos pensar, sentir y hacer las cosas según la manera de Dios o según nuestra manera.La manera de Dios tiene la garantía de buenos resultados a largo plazo de un 100%.
En Josué 1:8 en la NVI dice: "Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito." Fijémonos que la meditación diaria es el comienzo del cambio de conducta, meditar y luego cumplir. En nuestra mente ocurre una transformación que produce frutos visibles, que es la manera como nos conducimos. Este proceso desarrolla y transforma el carácter y así se cumple la promesa de éxito de parte de Dios. No obstante este camino no es nada fácil, pero es el mejor. Requiere sabiduría y valor. Efesios 5:15 nos aconseja:…. "Así que cuidad mucho vuestra manera de vivir. No viváis como necios sino como sabios." La sabiduría es un distintivo de aquellos que asumen responsabilidad, que se comprometen y disciplinan en hacer lo que Dios le ha mandado, a valorar los regalos de Dios como lo es la vida y la familia.
Es importante en esto reconocer el valor de la disciplina. Esta nos reta y nos ofrece crecimiento, nos da un orden y una meta. Ya Dios de antemano nos dio la capacidad de dominio propio, así que en cada creyente esta depositado el potencial, el poder de dominio para asumir nuestra responsabilidad y hacerlo bien. Asumir nuestra responsabilidad en nuestra vida y hogar no traerá inmediata gratificación personal. Ya lo advierte la palabra: "Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella." -Hebreos 12:11 NTV . Estamos acostumbrados en este mundo a tener todo ahora. Tenemos a nuestro alcance satisfacer cualquier antojo de cualquier manera. Si queremos comer ahora tenemos el servicio de comida rápida, si queremos comprar sin dinero tenemos las tarjetas de crédito, si queremos distraernos tenemos el celular, si los niños no nos dejan distraernos tenemos otro celular y así sucesivamente cualquier cosa que nuestro engañoso corazón nos diga existe “casualmente” una solución mágica. ¿Cómo dejamos de conformarnos a este mundo y asumir nuestra responsabilidad? La Biblia sugiere algunas respuestas.
1. Arrepentimiento: “Metanoia” cambio de dirección:
Es clave reconocer nuestra situación. La cultura popular no le gusta esta palabra pero es la clave y condición para acercarnos a Dios y aun cambio radical en nuestra vida. No solo en nuestra vida aquí si no en la vida eterna. El arrepentimiento asegura salud (Salmo 32:2-5), confesar trae liberación. La cultura actual dice: “sigue tu corazón” aunque eso implique aceptar y acomodarnos a nuestro pecado y nuestras faltas.
Sigamos el consejo bíblico para bendición: "arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.. " Hechos 3:19
2. Medita:
A pesar de ser una palabra muy mal interpretada en nuestros tiempos, la Biblia nos exhorta a meditar. La Real Academia Española define meditar como: "Pensar atenta y detenidamente sobre algo. Meditar es pensar, considerar, enfocar y atender plenamente e intencionalmente en la palabra de Dios."
3.Ora:
Conversa con Dios acerca de tus debilidades y pide su sabiduría y fuerza para ejecutar su palabra. El promete dártela. Esta atento a la dirección del Espíritu Santo que es nuestro guía y acepta la realidad de que tienes el dominio propio y que y eres un vencedor (2Timoteo 1:7, Romanos 8:37).
4.Actúa
Actúa conforme a la palabra, actúa de acuerdo a tu compromiso con aquel que te salvó y llamo. Renuncia a la auto gratificación inmediata y pon tu mirada en lo que Dios hará y en la cosecha de victoria. Actúa de acuerdo al llamamiento de Dios. Que todo lo que hagamos le honre a él.
Tu Familia es un regalo de Dios. Ella necesita del cuidado de cada miembro, no obstante, el liderazgo de esta recae en los padres. En ti esta guardar, influenciar e impulsar a esta generación a que ame a Dios. En nosotros esta en que guarden la palabra, la vivan y la compartan. Esta responsabilidad no se cumple por el camino fácil, no hay atajos. Medita en aquello que establece la palabra de Dios para el matrimonio y la familia. Valóralo. El matrimonio y la familia son sagrados. Asumamos nuestra responsabilidad apreciando esta verdad. De esta manera obtendremos un gozo verdadero y duradero. Recuerda, de todo lo que tenemos lo único que podemos llevar a la eternidad es nuestra familia, haz que cada día cuente ante Dios.
Referencias:
Concepto de Definición. (2014) Diccionario. Consultado
http://conceptodefinicion.de/responsabilidad/
La Biblia, NuevaTraducción Viviente. (2010).
La Biblia, Reina- Valera. (1960)
Real Academia Española. (2001). Diccionario
de la lengua española (22.a ed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html
La responsabilidad se define como “la conciencia acerca de las consecuencias que tiene lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, sobre nosotros o los demás”. Es una cualidad, las personas que la exhiben las reconocemos como responsables y son aquellas que “ ponen cuidado y atención en lo que hacen o dicen. Esta está obligada a responder por algo o alguien”. Las personas responsables en todos sus asuntos, responden por lo que hacen y por lo que no hacen. Toman conciencia y control sobre sus pensamientos, sus emociones y su conducta. Muestran interés y atención por las mismas. No viven desconectados de la realidad y no acostumbran a dar excusas. La Biblia curiosamente habla de esto mucho más de lo que pensamos y más de lo que oímos.
Cuando Dios creo al ser humano le dio responsabilidades, ¿por qué?. Bueno una razón es que la responsabilidad va ligada al propósito. Cada uno de nosotros carga el propósito de Dios pero cada cual es libre de declinar a el. Ósea que Dios simultáneamente al propósito nos dio libertad para decidir. Cada día decidimos pensar, sentir y hacer las cosas según la manera de Dios o según nuestra manera.La manera de Dios tiene la garantía de buenos resultados a largo plazo de un 100%.
En Josué 1:8 en la NVI dice: "Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito." Fijémonos que la meditación diaria es el comienzo del cambio de conducta, meditar y luego cumplir. En nuestra mente ocurre una transformación que produce frutos visibles, que es la manera como nos conducimos. Este proceso desarrolla y transforma el carácter y así se cumple la promesa de éxito de parte de Dios. No obstante este camino no es nada fácil, pero es el mejor. Requiere sabiduría y valor. Efesios 5:15 nos aconseja:…. "Así que cuidad mucho vuestra manera de vivir. No viváis como necios sino como sabios." La sabiduría es un distintivo de aquellos que asumen responsabilidad, que se comprometen y disciplinan en hacer lo que Dios le ha mandado, a valorar los regalos de Dios como lo es la vida y la familia.
Es importante en esto reconocer el valor de la disciplina. Esta nos reta y nos ofrece crecimiento, nos da un orden y una meta. Ya Dios de antemano nos dio la capacidad de dominio propio, así que en cada creyente esta depositado el potencial, el poder de dominio para asumir nuestra responsabilidad y hacerlo bien. Asumir nuestra responsabilidad en nuestra vida y hogar no traerá inmediata gratificación personal. Ya lo advierte la palabra: "Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella." -Hebreos 12:11 NTV . Estamos acostumbrados en este mundo a tener todo ahora. Tenemos a nuestro alcance satisfacer cualquier antojo de cualquier manera. Si queremos comer ahora tenemos el servicio de comida rápida, si queremos comprar sin dinero tenemos las tarjetas de crédito, si queremos distraernos tenemos el celular, si los niños no nos dejan distraernos tenemos otro celular y así sucesivamente cualquier cosa que nuestro engañoso corazón nos diga existe “casualmente” una solución mágica. ¿Cómo dejamos de conformarnos a este mundo y asumir nuestra responsabilidad? La Biblia sugiere algunas respuestas.
1. Arrepentimiento: “Metanoia” cambio de dirección:
Es clave reconocer nuestra situación. La cultura popular no le gusta esta palabra pero es la clave y condición para acercarnos a Dios y aun cambio radical en nuestra vida. No solo en nuestra vida aquí si no en la vida eterna. El arrepentimiento asegura salud (Salmo 32:2-5), confesar trae liberación. La cultura actual dice: “sigue tu corazón” aunque eso implique aceptar y acomodarnos a nuestro pecado y nuestras faltas.
Sigamos el consejo bíblico para bendición: "arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.. " Hechos 3:19
2. Medita:
A pesar de ser una palabra muy mal interpretada en nuestros tiempos, la Biblia nos exhorta a meditar. La Real Academia Española define meditar como: "Pensar atenta y detenidamente sobre algo. Meditar es pensar, considerar, enfocar y atender plenamente e intencionalmente en la palabra de Dios."
3.Ora:
Conversa con Dios acerca de tus debilidades y pide su sabiduría y fuerza para ejecutar su palabra. El promete dártela. Esta atento a la dirección del Espíritu Santo que es nuestro guía y acepta la realidad de que tienes el dominio propio y que y eres un vencedor (2Timoteo 1:7, Romanos 8:37).
4.Actúa
Actúa conforme a la palabra, actúa de acuerdo a tu compromiso con aquel que te salvó y llamo. Renuncia a la auto gratificación inmediata y pon tu mirada en lo que Dios hará y en la cosecha de victoria. Actúa de acuerdo al llamamiento de Dios. Que todo lo que hagamos le honre a él.
Tu Familia es un regalo de Dios. Ella necesita del cuidado de cada miembro, no obstante, el liderazgo de esta recae en los padres. En ti esta guardar, influenciar e impulsar a esta generación a que ame a Dios. En nosotros esta en que guarden la palabra, la vivan y la compartan. Esta responsabilidad no se cumple por el camino fácil, no hay atajos. Medita en aquello que establece la palabra de Dios para el matrimonio y la familia. Valóralo. El matrimonio y la familia son sagrados. Asumamos nuestra responsabilidad apreciando esta verdad. De esta manera obtendremos un gozo verdadero y duradero. Recuerda, de todo lo que tenemos lo único que podemos llevar a la eternidad es nuestra familia, haz que cada día cuente ante Dios.
Referencias:
Concepto de Definición. (2014) Diccionario. Consultado
http://conceptodefinicion.de/responsabilidad/
La Biblia, NuevaTraducción Viviente. (2010).
La Biblia, Reina- Valera. (1960)
Real Academia Española. (2001). Diccionario
de la lengua española (22.a ed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html