Nacidos para esta hora
Por: Damaris Pérez López

Nos ha tocado vivir en una época de grandes retos,
hora para la cual hemos sido llamados.
Dios no creó nada sin un propósito preestablecido en la eternidad. La Tierra fue diseñada para que nosotros fuésemos establecidos y plantados con la autoridad y poder delegados por Dios, para que así fuese manifestada Su presencia para libertad, restauración y salvación. Sabemos muy bien que la relación del hombre con Dios fue corrompida, pero conocemos también que la muerte y resurrección de Jesús nos regresó el acceso a esa relación directa con Él. De este modo, nuestra identidad de hijos quedó restablecida y con ella el ser portadores del poder y autoridad que nos fue conferido para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra. Dios nos creó como seres espirituales y eternos, pero debemos vivir en una condición temporal en un cuerpo físico. Esa misma condición tuvo que encarnar Jesús, no fueron enviados ángeles a ocupar ese lugar, sino que fue necesario que el hijo de Dios, en condición de hombre, viniese a provocar la revolución más grande de la historia. Hoy conocemos los acontecimientos de este mundo como Historia, pero esta fue marcada por un Antes de Cristo y Después de Cristo.De igual modo, como cuerpo de Cristo, sus hijos, embajadores del Reino de los Cielos, hemos sido colocados en un escenario y tiempo histórico para continuar Su plan eterno. Y si bien Jesús contaba con el poder y autoridad de Su padre, anduvo y actuó como hombre, pero tenía muy clara Su identidad de hijo de Dios. Lo que Él era no se segmentaba, todo lo que Él era fue necesario para que pudiese cumplir su propósito en el momento histórico preciso, escogido y señalado por el Padre.
Nuestro diseño no es equivocado, ni defectuoso, resultaría imposible porque Dios todo lo hizo perfecto y conoce el principio y el final de todo. Cuando nos diseñó lo hizo conociendo el momento en que seríamos establecidos en la Tierra y con todo lo necesario para enfrentarnos al Reino de la Tinieblas ante las operaciones especificas de ese momento histórico.
“Levántate y prepárate para entrar en acción.” Jeremías 1:17(a)
Esther fue elegida por su hermosura, pero ella estuvo clara en que su aspecto no era su identidad. Su privilegio de estar en palacio no la hizo olvidarse de un pueblo y dejarlo a su suerte. Mas bien entendió que Dios la hizo ser vista y admirada por el Rey para que una vez ocupara ese lugar, pudiese utilizar todo cuanto ella era para que un pueblo fuese liberado. Ella era embajadora de un reino mayor, escogida por Dios para revocar el decreto de un reino terrenal para salvación de generaciones. Es tiempo de que entendamos que no dejamos de ser hijos de Dios cuando nos desempeñamos cotidianamente (esposos, padres, abogados, maestros, empresarios, vendedores, entre otros), sino que esto nos ubica en micro-escenarios dentro de un momento histórico en el que Dios pensó en tu diseño y lo concretó para que cumplieses con el mandato de ser sal y luz allí donde te mueves diariamente.
La sal preserva y la luz remueve tinieblas.
Allí en tu negocio, en la escuela, en tu hogar fuiste colocado para que sea visto a través de ti un reino mayor y que este remueva al que ilegalmente ha pretendido establecerse en las Naciones de la Tierra. Tenemos la mejor garantía de victoria y es que el Reino de Dios prevalecerá, pero es importante que entendamos que será a través de nosotros, sus hijos. Las generaciones están bajo ataque para que su identidad sea secuestrada y deje de avanzar el plan de Dios sobre la Tierra. Si eres padre se que además de orar para que tus hijos se levanten en su propósito en Dios, sabes que te fue dada la responsabilidad de formarlos y mostrarles el modo de vivir (Deuteronomio 6). Es necesario que no solo seamos denominados, sino que funcionemos, somos hijos y representantes de Dios en la Tierra. Nos fueron entregados diferentes dones y llamados que no dependen de un escenario particular para ser manifestados. Las estructuras religiosas limitaron nuestro campo de acción, segmentando nuestras vidas entre el templo y lo cotidiano. Llego la hora de entender que el escenario es un todo, resulta más amplio de lo que pensamos, simplemente fuimos creados para áreas específicas dentro del mismo. Para ser efectivos debemos renunciar al trastorno de identidad bipolar que ha venido a traer indiferencia en los hijos de Dios ante lo que sucede en la Tierra. Haces falta exactamente donde te mueves diariamente. ¿Eres maestro? Allí verás la necesidad de familias completas, es donde Dios quiere que des la palabra de aliento, de consejo, la palabra de ciencia. Allí veras lo que se le da de comer a una generación en desarrollo y cuan contaminado está. Si Dios te colocó en ese micro-escenario es para que hagas algo, no para que te sometan a ejecutar un plan contrario al de Él. Es allí donde hace falta que te levantes en tu don de apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, en función, no por añadir títulos para tu propia gloria.¿Eres empresario? Que tu forma de operar tu negocio refleje excelencia, diligencia, transparencia y los frutos de abundancia que como consecuencia tendrás hablarán de una economía que trasciende un tiempo de crisis. José interpretó, por revelación de Dios, los sueños de Faraón. No tengo la menor duda de que como un hombre que tenía relación con Dios, José oraba y tenía su confianza puesta en El, pero la sabiduría y capacidad administrativa que cargaba por diseño tuvo que ser rendida como ofrenda y puesta en acción. José no esperó a ver si caía mana del cielo, no porque no creyera a Dios capaz de hacerlo, sino que con las instrucciones que recibió de Dios actuó con diligencia y elaboró una estrategia para preservar alimento para los tiempos de escasez. Dios no le mostró que si oraba y aun actuaba de una manera en particular no llegarían los años malos, solo que hiciera su parte, trazara un plan y la provisión estaría asegurada para el momento necesario.
Nos enfrentamos hoy al establecimiento de leyes terrenales que persiguen destrucción y nos corresponde accionar para traer la verdad ante los ojos de quienes no ven, traer luz para esparcir la obscuridad en la que ya muchos viven, pero sobre todo ser sal que preserva lo que si es. Aun cuando hayan agendas y corrientes contrarias a la palabra que con o sin leyes se implementen, hay trabajo por hacer. Hay que preservar vidas y hay que crear el alimento adecuado para alimentar a quienes se desarrollan y salvar aquellos que llegaran muriendo de hambre cuando ya parezca tarde. Vemos un bombardeo intencional a través de los medios de comunicación, libros, música, arte, Internet, juguetes, moda y no es casualidad, Satanás orquesta sus artimañas desde todos los flancos. Es necesario que se levanten las cinco funciones ministeriales, de forma intencional. 1 Corintios 12
Es el tiempo de arrebatar a Satanás todo lo que ha querido robarnos y aun lo que voluntaria y negligentemente entregamos, como lo es la formación de las generaciones. Sin Dios nada somos, ni podemos hacer, pero es necesario que todo cuanto somos y hacemos sea como para Ėl. Dios nos pedirá cuenta por todo cuanto hagamos, pero también por lo que dejemos de hacer. Fuimos llamados para esta hora y en tu intimidad con Dios, El te mostrará, como a Esther y José, lo que te corresponde hacer en esta hora para que Su plan de restauración de las Naciones sea completado. Las Naciones están compuestas de hombres y si muchos de ellos están enfermos, la humanidad completa se corromperá. La promesa de restauración esta sobre Puerto Rico y el resto de las Naciones, pero se aguarda por la plena manifestación de los hijos de Dios sobre la Tierra.
«Yo pongo mis palabras en tus labios.
Hoy te doy plena autoridad sobre reinos y naciones,
para arrancar y derribar, para destruir y demoler,
y también para construir y plantar.»
Jeremías 1:10
El material educativo y los recursos son desarrollados por el equipo de Encuentro de Familia y su afiliada Visión Encuentro.
No se autoriza la reproducción para la venta de estos recursos.
Todos los Derechos reservados. ©2016 Encuentro de Familia

Nacidos para esta hora .pdf |